TRUCO: a principios de julio Argentina presentó en la Bolsa de Valores de los EE.UU. una oferta a los acreedores privados para la reestructuración de una parte de la deuda.
RETRUCO: el 20 de julio varios grupos de inversores presentaron una contrapropuesta pidiendo más.
QUIERO VALE CUATRO: el 26 del mismo mes, el ministro de Economía, Martín Guzmán asegura que no hay “ni un peso más” para la deuda.
QUIERO VALE TODO: esta semana, en un comunicado firmado por los tres grupos financieros mayoritarios -que hasta ahora no acordaron la renegociación-, aseguraron que tienen el respaldo de acreedores que -en conjunto- detentan el 51% de los bonos emitidos entre 2015-2019 y el 60% de los títulos de los canjes de 2005 y 2010.
Parece una mano de truco, pero es otra de las disputas entre el gobierno y los fondos tenedores de la deuda argentina. Cuando la renegociación parecía un hecho, los acreedores jugaron una carta más para poder maximizar las ganancias producto del desastre financiero argentino.Argentina en el año 2016 volvió a tomar crédito internacional. Y se endeudó prometiendo pagar una tasa anual del 7% en US$ cuando en promedio los demás países del mundo pagaban una tasa casi del 0% por año. “Los acreedores tomaron un riesgo enorme con ese acuerdo. No estamos pidiendo que pierdan sino que ganen menos: sería un 3, 3,5%” dijo Guzmán en una entrevista a TN recientemente. Y aclaró que “pagar lo que piden sería más desempleo, bajar jubilaciones” y que “no podemos comprometernos con pagos sin que la economía se pueda recuperar”.La deuda en cuestión es la que está en moneda y legislación extranjera: US$ 66.000 millones (hay otra parte de la deuda en US$ que es con el FMI: 50.000 millones a pagar entre 2021 y 2024). La oferta hecha por el gobierno está abierta hasta el 4 de agosto. Ese día sabremos si aceptarán los acreedores, habrá una nueva prórroga de los plazos -van cinco- para llegar a un acuerdo o si Argentina oficializará el default.
Más allá de esta nueva mano entre el gobierno nacional y los acreedores de la deuda, cualquiera sea el resultado de la jugada anterior, las negociaciones seguirán y esta vez serán encabezadas por el banco Lazard con asesorías del Banco of América y el HSBC. Guzmán tendrá que seguir barajando. Este juego es con cartas, no con “naipes”.