Esta semana la posibilidad del colapso de una de las empresas constructoras más grandes de China, dio un sacudón a los mercados de valores del mundo. Se teme que su caída afecte fuertemente al crecimiento de la economía China y a la economía mundial.
Evergrande administra 1.300 desarrollos inmobiliarios en 280 ciudades de China y tiene inversiones en distintas carteras. Pese a haber sido una de las empresas más ricas del país, y que su dueño haya detentado una fortuna superior a los US$ 43.000 millones, hoy tiene en expectativa a casi el mundo entero.
Xu Jiayin, fundador de la empresa, nació una familia campesina de bajos recursos. En su juventud trabajó en una empresa de acero donde terminó siendo gerente general de su planta. En 1992 se mudó a un pueblo de pescadores, donde empezó vendiendo acero y luego desarrolló su carrera en una empresa estatal. Las reformas pro-mercado del Partido Comunista Chino de los años 90 dieron el marco ideal para que funde Evergrande, una compañía dedicada a la construcción masiva de viviendas. En 2008 la empresa llegó a la Bolsa de Hong Kong, y en 2017 Xu se convirtió en el hombre más rico de China.
El éxito de Evergrande se dio a la par de la expansión económica china de las últimas décadas. Pero a partir del año pasado, el actual gobierno Chino empezó a controlar el endeudamiento de las grandes empresas inmobiliarias. Evergrande, que ya tenía problemas de liquidez, los expuso públicamente y propuso disminuir su pasivo a la mitad para 2023: vendió propiedades con grandes descuentos, se deshizo de negocios en tecnología y la rama automovilística. No le está dando resultados.
Las deudas de Evergrande eran conocidas, pero increyeron los riesgos ante la imposibilidad de cubrir algunos pagos de deudas, y desde ahí cayeron las inversiones, y cada vez más acreedores reclamaron su dinero invertido. Su pasivo asciende hoy a US$ 300.000 millones, representa cerca del 2% del PBI de China.
La baja de las principales bolsas del mundo resulta de que la constructora china es deudora de varios de los principales bancos de inversión más importantes de Wall Street.
Al cierre de esta nota, según el diario Wall Street Journal, las autoridades del gobierno oriental mandataron a los gobiernos locales a que se preparen para la caída de Grupo Evergrande. Lo cual es una señal de que el Estado intervendrá, aunque sea en última instancia. En consecuencia, las acciones de Evergrande rebotaron el jueves más de un 17% en la bolsa de Hong Kong.
Como siempre que una empresa grande entra o amaga con defaultear, se generan expectativas sobre la intervención del Estado para evitar coletazos en la economía. En estas situaciones el Estado puede: o salvar a la empresa inyectándole dinero o hacerse cargo de la firma, garantizar las viviendas a las familias, los puestos de trabajo y los pagos a los proveedores.